En Tesoro y Gloria fomentamos el estilo de juego «sandbox», en el cual los personajes son liberados en un mundo abierto (y hostil) en el que son libres de hacer lo que les parezca, encargándose el máster de ofrecer una respuesta coherente a sus acciones, además de un escenario interesante. Personalmente, incluso en otro juegos favorezco esta forma de entender el juego por parecerme que ofrece mucha más libertad de acción a los propios jugadores, algo fundamental en toda partida de rol.
Aún es más, en Tesoro y Gloria se fomenta un tipo de sandbox bastante concreto: el de la (h)exploración, en la que los personajes viajan a través de tierras salvajes e inexploradas utilizando un mapa de hexágonos para calcular su movimiento, y que permite dividir el territorio en zonas en las que colocar puntos de interés y aventuras variadas, todo ello apoyado por las sagradas tablas de encuentros (y no sólo de monstruos).
El mayor problema con este estilo de juego, es que a veces los jugadores pueden sentirse perdidos. Es fácil saber qué hacer cuando el destino del mundo está en juego y te van señalando los hitos necesarios para salvarlo (¡cristales!), pero a veces encontrar el objetivo de tu vida en un mundo que sinceramente se preocupa poco por señalarte camino ninguno, es difícil. Que nos lo digan a los humanos.
Sin embargo, aquí está parte de la magia de este estilo de juego, y es que es el propio jugador quien debe decidir lo que quiere hacer. Ofrece una libertad interpretativa y de acción que un estilo de juego «dirigido por la historia» (storydriven, o como se diga en inglés) no puede aspirar. Un personaje no tiene por qué ser un héroe, puede ser un ladrón, un hechicero, puede aspirar a conquistar el país o el mundo, o cualquier otra opción.
Por eso es importante que, a la hora de crear el personaje, pensemos bien en sus ambiciones. En Tesoro y Gloria uno tiene la opción de pensar en estas cosas un poco más adelante, ya que todos los personajes son, por principio, Vagabundos en busca de Tesoro y Gloria. Es cuando la consiguen, cuando su Fama aumenta y el Tesoro se apila, cuando les toca pensar en su futuro. No sólo en términos narrativos, sino también mecánicos, y es que el desarrollo mecánico de un personaje está íntimamente ligado con sus ambiciones narrativas.
El máster puede concederos un mundo rico e interesante, lleno de intrigas, misterios y maravillas, pero lo único sobre lo que no tiene potestad es sobre los personajes… él no puede declarar cuáles son las ambiciones de tu personaje, cuáles son sus intenciones y sus sueños. Eso depende enteramente de ti, y es quizá lo más importante que puedes hacer de cara a enriquecer el juego. Si te encuentras perdido en una partida y tienes la sensación de que solo estáis corriendo detrás de cosas brillantes como urracas sin cabeza, párate un momento y pregunta: «¿Qué es lo que quiero?». Es tu responsabilidad encontrar una respuesta a esa pregunta, y sólo tuya.