En Era habitan infinidad de criaturas, muchas de ellas capaces del habla. Sin embargo, no todas las criaturas racionales reciben el apelativo de Gente, reservándose este para un puñado de especies muy concretas. Esta distinción se debe principalmente a las Tres Leyes Gentiles, de las que hablaremos en otro momento. Aquí hablamos de las cuatro razas gentiles de Era.
ELFOS
Los elfos de Era son individuos solitarios de talante aventurero, tan diversos entre sí como los humanos podemos serlo. No existen reinos, países ni ciudades de elfos, en su lugar se mezclan con las demás Gentes y pasan su vida viajando y descubriendo el mundo, una labor que parece inacabable… por suerte la vida de un elfo es larga, muy, muy larga.
Los rasgos principales de los elfos son su falta de necesidad gregaria (un elfo puede vivir solo muchos años sin sentir necesidad de ver a otros), sus largas vidas y un talento natural para la hechicería, junto con una constitución más esbelta que los humanos y sobre todo por sus orejas afiladas. Todos ellos poseen una mente despierta y una inclinación natural por la hechicería.
ENANOS
Los enanos se cuentan entre las gentes más fascinantes de Era. Una cabeza o dos más bajos que cualquier humano, pero anchos y robustos, de pelo vigoroso (muy pocos enanos calvos te vas a encontrar) y orgullosos de ello, en especial los varones de sus barbas. Sus hogares ancestrales se encuentran en las montañas, sus conocidas mur, y los rasgos más destacados de su cultura son su pasión por la buena artesanía (pasión que ha llegado a consumir a más de un enano) y, sobre todo, por la música.
Los enanos cantan durante toda su vida, y se les tiene por los mejores músicos del mundo. Sus voces son graves y armoniosas, sus manos, tan hábiles en la fabricación de objetos hermosos, son aún mejores al trabajar con las cuerdas del laúd o la flauta. Tal es su devoción a la música, que son capaces de obrar maravillas con ella, gracias a los famosos Cantores del Metal.
HUMANOS
Los humanos de Era son altos y fuertes, casi tanto como los orcos, de talante orgulloso y naturaleza inventiva y curiosa. Se considera a los humanos como los mejores guerreros entre las Gentes, aunque en la realidad no falten los cobardes y los débiles entre ellos… si bien es cierto que tienen una clara preferencia por las soluciones más «directas». Los humanos habitan especialmente en valles y terrenos llanos donde pueden cultivar la tierra y multiplicarse rápidamente, aunque pueden encontrarse comunidades pequeñas en casi cualquier lugar.
Los humanos poseen además la particularidad de ser las únicas Gentes entre las que nacen almardientes, gentes capaces de conjurar el fuego, sobre el mundo o en el corazón de las Gentes, lo que no deja de alimentar este arquetipo violento y fogoso. Los humanos tienden a creerse el centro del mundo, individualmente y como especie. Esto puede sacar lo mejor de algunos, que consideran su responsabilidad hacer del mundo un lugar mejor, o lo peor, como es el caso de tiranos y déspotas por doquier.
ZINGOS
Los alegres zingos, el pueblo pequeño, los niños del camino. Los zingos adultos apenas medimos vara y poco de alto, tenemos pies fuertes y lanudos, y cuando descansamos solemos ir descalzos. Pro en contra de la creencia popular, vestimos zapatos al viajar o caminar por ciudades. Los zingos nos distinguimos por nuestra estrecha relación con la magia, siendo los únicos que de forma natural la percibimos gracias al Cosquilleo, y poseemos gran facilidad para realizar toda clase de embrujos y hechicerías. También mantenemos una estrecha relación con los perros. Los que nosotros criamos son enormes sabuesos, tan altos como nosotros de los pies a la cruz, que nos ayudan a tirar de nuestras carretas y nos protegen de nuestros enemigos.
– Extracto de «Hermandad gentil, un estudio de las Gentes dedicado a Visitantes de otras Esferas«, del erudito zingo Baltasar de Elazo.